La metformina ha sido etiquetada como "la aspirina del siglo XXI", se trata de un fármaco muy antiguo, que está demostrando beneficios más allá de la indicación clásica del tratamiento de la diabetes

La metformina se la ha etiquetado como “la aspirina del siglo XXI”, se trata de un fármaco muy antiguo, un remedio derivado de hierbas cuyo uso se remonta a la medicina tradicional europea, que está demostrando beneficios más allá de la indicación clásica del tratamiento de la diabetes. Hablaremos más extensamente en posts sucesivos.

Uno de los estudios presentados a las 77ª “Sesiones Científicas de la American Diabetes Association” y que se enmarca dentro del Programa de Prevención de la Diabetes, muestra los efectos preventivos que puede tener la metformina en la aparición de diabetes mellitus tipo 2 en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional, ja que se ha visto que tienen más predisposición.

El Programa de Prevención de la Diabetes consiste en un estudio de investigación clínica multicéntrico, iniciado el 1996 en los Estados Unidos, con el objetivo de analizar el efecto de la pérdida de peso con cambios alimentarios y actividad física, o bien con tratamiento con metformina, en la prevención de la DM2. La metformina es un fármaco utilizado en el tratamiento de la DM2 que ayuda en el control de los niveles de glucosa en sangre.

El estudio incluyó un total de 3.234 participantes con sobrepeso y prediabetes, los cuales se clasificaron en 3 grupos: el primer grupo realizó una intervención de estilo de vida (dieta hipocalórica reducida en grasa junto con 150 minutos de ejercicio físico semanal), el segundo grupo utilizó metformina 2 veces al día y el tercer grupo fue el grupo control. Tanto el grupo que tomó metformina como el grupo control recibieron información nutricional y de actividad física.

Los resultados mostraron que el grupo de intervención de estilo de vida redujo un 58% el riesgo de desarrollar diabetes (solo un 5% anual), en comparación con el grupo con metformina que redujo el riesgo un 31% (un 7,8% progresó a diabetes anualmente). Por otro lado, el grupo control desarrolló diabetes a un ritmo del 11% anual.

Posteriormente a la finalización del estudio, análisis adicionales han mostrado que las mujeres con historia de diabetes gestacional que tomaban metformina redujeron en un 41% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a largo plazo, a diferencia de una reducción del 11% en las mujeres sin antecedentes.

En definitiva, la pérdida de peso con cambios alimentarios y el aumento del ejercicio físico redujeron notablemente la probabilidad de padecer diabetes mellitus tipo 2 posteriormente, en población general podemos decir que es la intervención más eficaz. Sin embargo, el uso de metformina ha demostrado una reducción significativa del riesgo de diabetes, especialmente en los pacientes con antecedentes de diabetes gestacional.